dedicatoria

si el azul es de la muerte, será la guitarra, el color que buscaremos.
que la sangre no se extrañe si nos encuentra, aprenderá que los golpes afirman la existencia.
los hermanos no se eligen, se espera a que aparezcan, a cualquier hora sin preguntar.
que los labios, no tiñan solo del violeta, ¿para que están sino estas palabras sobre la mesa?
ni campo, ni ciudad, que el hogar sea esta música de estrellas y edificios.
que las calles nos reclamen, si guardamos algo para ellas.
y mientras esperamos, amemos el tiempo, hacer que el presente sea el anhelo.