cada dia, un escrito.

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jueves, 22 de julio de 2010

la mañana es de buster keaton - parte primera

el sueño se interrumpe exactamente cada cinco minutos, la alarma esta programada para que suene a las siete de la mañana, pero como mi cuerpo no responde, me levanto recién a las siete y media, por eso, el viejo truco de engañar al sueño con los intervalos de cinco minutos, que en realidad provocan un enojo demasiado temprano con su desagradable sonido (¿quien inventa algo tan dañino?), que encima logran una riña con el despertador: "ya podes callarte si queres..." "¡shhh!, por favor che, acá se esta tratando de soñar..." "¿que queres de mi, ehh...?" un golpe de almohada y todo puede solucionarse, aunque mas tarde tendré que gastar, otra vez, en un despertador nuevo que traerá nuevas discusiones.
estiramiento de felino y bostezo con lagrimas, me choco con todo lo que puedo hasta que llego al baño totalmente herido, fresca para el rostro y nada para el pelo, el café con leche no siempre funciona para despertarse y las tostadas quemadas mucho menos, fuerza sobre la pasta de dientes para tenerlos limpios, remera al revés, campera llena con boletos y bufanda salvadora. todo listo para tratar de abrir la puerta, ya que por mas que deje el manojo de llaves en el mismo lugar, nunca las encuentro hasta acordarme donde esta el otro juego de repuesto.
puerta de calle y una pregunta de invierno ¿que tan fría puede ser una mañana de noche? por ahora me abstengo la respuesta. Bien, ahora firme y primero en la fila del colectivo, se que detrás mío, una señora mayor nunca me dirá si puede subir primero, pero en el fondo espera que lo haga y así será. la dejo pasar y sube. quizás sea mala suerte o un chiste preparado para esta hora, una fila compuesta por mujeres embarazadas, mujeres no embarazadas, una pareja de no videntes, unas maestras con sus salitas de jardín completas, y varias abuelas que iban a a buscar su jubilación, se extendían hasta la esquina de la otra cuadra. por su puesto le sonreí a todos, (incluso a la pareja de no videntes) mientras veía como subían y me agradecían con los ojos. el colectivo quedó lleno y no pude subir.

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