cada dia, un escrito.

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viernes, 23 de julio de 2010

la mañana es de buster keaton - parte segunda


el humo del escape se quedó conmigo, trapecismo sobre el cordón, caída sin red y salpicada de aguas negras, siempre hay cigarrillos de otros para contar en el empedrado, y como una frase hecha que nunca falla, siempre la misma posición de parar el transporte público aunque su lejanía no permite diferenciar entre un ciento dos y un treinta y nueve. cuando llegó, subí y salude al chofer, no obtuve mas respuesta que un sonido gutural, puede que no haya sido claro con la frase "buen día" o quizás sus oídos de horario laboral solo escuchen importes, ritmos de monedas o quejas de pasajeros que no comprenden la rutina del timbre. perfectamente lleno, era el único que iba parado, no pude evitar reírme de mi, pero en seguida me distraje con los reflejos de las ventanas cerradas, que mezclaban las caras de la mañana con las sombras de los edificios que ya empezaban a jugar.
me esforcé y bajé unas cuadras antes para confundir un poco la secuencia guionada de cada día, sin querer camine mas despacio y aún no sé bien porque, pero me perdí completamente. no logre entender el porque de mis pasos, me detuve, cerré los ojos un instante y me vi como quería ser. abrí los ojos y una claridad extraña me condujo a la búsqueda de un teléfono público (termine usando uno semi público) para llamar al trabajo, y hacer la gran actuación de "disculpen, me encanta trabajar pero no me siento bien como para ir hoy...", para mi sorpresa, mis labios no respetaron la linea y solo dijeron rápidamente "hola, si, soy yo, no voy, chau" y enseguida, la mano de mi brazo, cortó la comunicación.
algo no estaba bien. no me importaba no ir con la corriente, no me importaba que explicaciones tendría que inventar luego, no me importaba que en la ciudad haya tanto ruido, si me seguía importando todos los que andaban descalzos, no me importaba que la gente me llevará por delante,
no me importaba dejar de obedecer (al menos por un día) al debe y el haber, no me importaba recibir volantes de cursos de ingles que nunca iba a tomar.
no recuerdo el trayecto, pero pocos minutos después estaba sentado en un banco al lado de un abuelo olvidado, que no dejaba de repetir que los granaderos deberían usar protector solar si están tanto tiempo parados en vez de hacer mas patria. mas allá de su necesidad de compartir todo lo que pensaba, él y yo (percibí que él también), encontramos algo parecido a la paz sonriendo al sol con ojos cerrados. abrí de vuelta los ojos para confirmar que seguía ahí y ella apareció. repartía volantes y era tan hermosa que no había explicación. lo intenté pero no pude dejar de ver que su risa incoherente (por lo temprano de la mañana) me era tan familiar, y como era de esperar, ella notó hacia donde iba mi mirar. sin dejar de sonreír hizo un pequeño saludo hacia donde estaba sentado, miré hacia atrás para ver si saludaba a otra persona, pero cuando me volví a ella, me señalo como diciendo, "si, a vos".


se informa que todos los días jueves y viernes, mordiendo palabras presentará los capítulos correspondientes de "la mañana es de buster keaton".

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