cada dia, un escrito.

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miércoles, 1 de septiembre de 2010

Militancia


En un principio, intenté hacer como el ganado, que no tiene más que resignarse al matadero, un manifiesto que puede afirmarse a cualquier hora y en cualquier día de la semana. Esta miseria, se opone a la infinita búsqueda que me propongo. Los pájaros, los colectivos y hasta el parque Lezama también me contradicen. Compañeros, amigos, psicólogos, familia, nuevos desconocidos y futuros perdidos, izan la bandera de la rutinaria experiencia, con un consejo para la salud propia, llorar no hace bien, mejor olvidar, mejor continuar. La tele, la radio, también los diarios, conspiran contra la ideología latente, que espera dulcemente en el rincón de algunos corazones. No sirve tu imagen, no sirve tu idea, no sirve tu historia, ¿Para qué creer en algo no redituable? ¿Cuántos patriotas, cuántos soñadores, cuántos rebeldes, se dejaron guiar por esta idea que no se define? Para todos ellos, las hogueras se prendieron, las horcas se anudaron, los fusiles se cargaron, las traiciones se ejecutaron y en el último respiro, las vendas taparon sus ojos, para cegarlos ante la sangre que cae al barro, sembrando una historia irrefutable. El amor resiste como pueblo asesinado, juega a la escondida para que dejen de humillarlo y mantener prendidas las brasas que nunca llegarán a ser ceniza. Los que creen en la calle, son hoy el testigo de una ciudad que se muere. Pero pensando, todo resucita. No sé si alguien entenderá, a mi me gusta amar, esa es la militancia que hago. Amor o muerte.

1 comentario:

  1. Muy bueno tu texto Matias. Creo que la ciudad se muere como decís en alguna línea, de hecho en las entrañas más precisamente en la estación Malabia siempre hay olor a podrido. Y me gusta tu militancia es la más sana de todas, es la que envuelve a todas.

    abrazo totales.

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