cada dia, un escrito.

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jueves, 29 de julio de 2010

la mañana es de buster keaton - parte tercera

aviso rídiculo u obvio: véase parte primera y segunda de "la mañana es de buster keaton" si desea seguir el hilo


al instante deje de percibir la muchedumbre, el abuelo sentado al lado mío me tomo del brazo y hasta dijo algunas palabras que no escuché, el pensamiento racional se apagó automáticamente y solo pude identificar un galope fuerte y tendido que no supe bien de donde venía. pero antes de seguir debo confesarles que tengo tres grandes problemas con las mujeres, primero: nunca me viene o me llega tarde ese empujón de valentía, para por lo menos, acercarme y decir un chiste malo, un que lindos ojos o aunque sea pedir la hora o fuego. segundo: una vez logrado el contacto y compartir cuadras y cuadras, aprendiendo debilidades y fortalezas, talentos y miserias, conocer su gusto preferido de helado, caminar cerca riéndonos, no logro darme cuenta si le gusto, si usa sus instrumentos de seducción por placer o si me da el pie perfecto para un beso de película. tercero: por ahora, me lo reservo.
para el abuelo del banco, probablemente, ella era como una canción de gardel, "por un mirar que ruega perder la quietud..." podría decir lo mismo y me encantaría porque soy argentino y el tango y la boca, etc, pero sería una mentira, el tango tiene algo que aún no comprendo del todo, además, ella era mas bien como una canción de los beatles, nunca podrías olvidar su melodía.
no le había dado ninguna orden, pero mi cuerpo se levantó, esquivó algunas personas y se llevo por delante otras, creo también haber ignorado algún insulto o amenaza. estaba delante mío sonriendo, no dije nada, tome uno de sus volantes sin mirarla y seguí caminando tratando de descifrar mi estupidez, y como no lo logre, otra vez sin avisar, mi cuerpo se dio vuelta y camino hasta ella. ahora eran miradas fijas pero sin palabras, fueron unos segundos donde el reloj dejo de existir, y mis manos, con una determinación y sutileza que todavía me sorprende, hablaron con en el lenguaje de las señas y dijeron : "que linda sos" (la novia de un amigo sabía hablar con las manos y fue lo único que aprendí a decir). ella sonrío desconcertada, tome el volante que me había dado y detrás escribí lo que significaba la seña, logre robarle un pequeño sonrojo con algo de incertidumbre. silencio en toda la ciudad. me preguntó si era mudo y mientras no dejaba de ver sus labios, mi cabeza se movió diciendo que si, como una película muda de buster keaton.



mañana viernes treinta de julio, la próxima parte.

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