cada dia, un escrito.

cada dia, un escrito.

jueves, 5 de agosto de 2010

la mañana es de buster keaton - parte quinta

ya se encuentran disponibles las partes, primera, segunda, tercera y cuarta de "la mañana es de buster keaton", podrá encontrarlas en este sitio y próximamente en su almacén amigo.
(se recomienda una lectura previa de los mismos antes de proceder con la parte quinta)



tuve que morderme las palabras otra vez. esta vez quedé inmóvil y no pude hacer ningún gesto, sentí que me bajo un poco la presión y ella entre risas y una leve preocupación me dijo que me veía muy pálido, se me aflojaron un poco las rodillas y se me confundieron los ojos, me tomó del brazo y nos sentamos, buscó en su morral revolviendo y encontró un palito de la selva, le sacó el envoltorio (que era una cebra) y me lo dió. no se si estaba vencido o que, me costó mucho masticar la dureza del caramelo que sin sabor pero efectivo, me devolvió el color.
nos miramos, sus ojos me distrajeron de tal forma que otra vez no pude hacer ninguna seña, saque mi anotador y mi lápiz. le explique en pocas líneas que nunca me había pasado algo así, que una extraña pueda con otro extraño, en un par de horas y algunas cuadras, reírse, llorar y casi desmayarse. también hice un dibujo infantil de un sol con gafas negras que pareció gustarle. sin preguntarme, tomo el anotador y el lápiz. se tomó su tiempo. mientras tanto noté que se acercaba el mediodía, no usaba reloj pero era evidente la hora del almuerzo por dos motivos, primero mi estomago empezó a hacer ruidos extraños y segundo, oficinistas y obreros ya comenzaban la esperada hora de descanso para ver el sol, fumar algún cigarrillo y comer del taper, de la parrilla improvisada o de un plato donde se posa un ridículo menú ejecutivo de moda. puso el papel delante de mi cara, lo tomé con las dos manos y lo leí. tenía que irse, la esperaba su segundo trabajo luego de un pequeño almuerzo seguido de una mínima siesta, interpretaría a una mesera en un restaurante lujoso de primera categoría, escribió que no le gustaba demasiado , pero le servía para pagar el alquiler. escribió su número de celular, su mail y esto: "mañana a la misma hora?" tomé una hoja intentando controlar mi emoción de juguetería, escribí un si enorme y dibuje algunas estrellas. me quedé sentado y cuando llegó a la esquina me saludo como si nos conociéramos de otro tiempo.
como saben tengo tres grandes problemas con las mujeres de los cuales solo expliqué dos (véase parte tercera para mas detalles). el primero es la falta de valentía para la iniciativa, el segundo es la duda existencial una vez logrado el primer acercamiento. y el premio se los lleva el tercero, cada vez que me gusta una mujer y logro contacto, suelo cometer las estupideces mas sorprendentes. una vez por ansiedad, me confundí el horario de la cita con un margen de error de doce horas, ¿quien puede esperar desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche en la puerta de un cine ?, en otra oportunidad los nervios me convirtieron en un tartamudo profesional pero no diré sus consecuencias. y en esta ocasión, mi timidez y su belleza no dieron lugar a las palabras. creo firmemente, que serán las caricias las que hablarán. debo aprender a comunicarme de otra forma, tengo demasiado para dar, que vengo guardando.



mañana, viernes seis de agosto, la próxima parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario